Dar el si.. comienza un nuevo estilo de vida

Lo primero que se debe analizar es el objetivo del plan de ejercicios, el ¿para qué?: cuál es el objetivo? ¿Perder peso? ¿Tonificar? ¿Mejorar la capacidad aeróbica? Tener clara la meta que se pretende alcanzar es útil al momento de trazar un plan de acción y los tiempos en que es posible concretar lo previsto. En este sentido es útil destinar  un cronograma para tener mejor organización.

A partir del diseño del plan los gimnasios cuentan con personal capacitado, lo que se recomienda la combinación de ejercicios de fuerza con otros cardiovasculares y de flexibilidad, para finalizar con elongaciones, y técnicas de respiración que ayuden a una buena relajación muscular. Ninguna de estas áreas por separado constituye a un entrenamiento integral, que pueda contribuir a mejorar tu rendimiento físico.

También hay que tener en cuenta cuando iniciamos el proceso adaptativo, me refiero, que la rutina sea adecuada a la condición física de quien entrena y la progresividad.

Lo ideal para que un plan de entrenamiento sea efectivo, es una frecuencia de 3 a 4 veces por semana, con ejercicios que varían en cada sesión, para dar estímulos diferentes al músculo y ver cambios.

Tips para empezar bien:

  • Conviene consultar al  médico antes de empezar un programa de acondicionamiento físico. Podrías tener problemas de salud o lesiones que desconoce, lo que podría ser peligroso.
  • No sobrepasarse: si no ha realizado actividad durante años, comience con alrededor de 5 a 10 minutos de actividad por vez y aumente el tiempo a medida que se sienta más cómodo, hasta alcanzar los 30 a 60 minutos, de tres a cuatro veces por semana. El exceso de actividad puede ser casi tan perjudicial como el sedentarismo.
  • Fijar una meta personal en ese área y aspirar a ir cumpliendo sus objetivos de a uno por vez, antes que pretender hacerlo rápido.
  • Tenga en cuenta que la actividad física no necesariamente tiene que ser vigorosa. Los adultos mayores pueden obtener excelentes beneficios para la salud con una cantidad moderada de actividad física. Objetivos similares pueden alcanzarse con sesiones más prolongadas de actividades moderadamente intensas (como caminar) o con sesiones más breves de actividades más vigorosas(como caminar rápido o subir escaleras).

 

El ejercicio físico redunda en numerosos beneficios para la salud:

  • Mejora la presión arterial.
  • Mejora los síntomas de insuficiencia cardíaca y acorta el tiempo de estadía en el hospital.
  • Mejora el nivel de colesterol.
  • Ayuda a evitar que las mujeres posmenopáusicas pierdan densidad ósea.
  • Ayuda a que las articulaciones funcionen mejor, con menos dolor, en caso de tener osteoartritis.
  • Mejora el sueño y disminuye la fatiga.
  • Ayuda a que el cerebro funcione mejor y mejora la memoria a corto plazo.
  • Podría reducir el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer.
  • Reduce el riesgo de fracturas de cadera y de columna vertebral, enfermedad de las arterias coronarias, diabetes, depresión y obesidad.

 

 

Lic en Nutrición M.N 7839

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