Adaptando tu rutina de cuidado a la estación más fría

Hidratación intensiva: Durante el invierno, es crucial proporcionar una hidratación adicional a tu piel. Opta por hidratantes más ricos y cremosos que ayuden a mantener la humedad y a prevenir la sequedad. Ingredientes como el ácido hialurónico junto a la manteca de karité o ceramidas son excelentes opciones para mantener la piel suave, flexible e hidratada.

Protección contra el viento frío: El viento frío puede causar estragos en la piel, provocando enrojecimiento, irritación e incluso grietas. Asegúrate de proteger tu piel con una barrera eficaz y, en caso de lesiones, utiliza un reparador epidérmico.

La buena hidratación de la piel en el rostro y el cuerpo ayudará a evitar grietas. El pantenol, la vitamina F y otros lípidos como las mantecas o los aceites fortalecerán la barrera cutánea y la protegerán de las agresiones externas.

Refuerza la zona de los ojos, fundamentalmente en pieles sensibles. El viento favorece el lagrimeo, lo que puede irritar la zona del contorno, que es mucho más fina y frágil. No olvides prestar atención a esta área y protegerla adecuadamente.

Cuida tus labios y manos: Durante el invierno, los labios y las manos tienden a sufrir más sequedad y agrietamiento. Aplica regularmente un bálsamo labial hidratante para mantener los labios suaves y protegidos. Además, utiliza cremas de manos ricas en ingredientes hidratantes para evitar la sequedad y las grietas en las manos.

Evita baños muy calientes: Aunque puede ser tentador tomar baños calientes durante el invierno, el agua caliente puede eliminar los aceites naturales de la piel y empeorar la sequedad. Opta por duchas o baños tibios y limita su duración. Después del baño, asegúrate de aplicar un producto hidratante para retener la humedad en la piel.

Exfoliación suave y tratamientos renovadores: Durante el otoño, solemos iniciar tratamientos renovadores, principalmente incorporando retinoides. La renovación de la piel es importante ya que nos ayuda a mantenerla con un aspecto saludable. En invierno, debemos ser más cuidadosos si queremos realizar exfoliaciones adicionales.

Opta siempre por exfoliantes suaves y reduce la frecuencia, una vez a la semana puede ser suficiente en pieles mixtas a grasas, y cada 10-14 días en pieles secas. Esto ayudará a renovar la piel y mejorar su apariencia.

Protección solar: Aunque los días sean más fríos y nublados, la protección solar sigue siendo crucial. Los rayos UV aún pueden dañar la piel en invierno, especialmente en áreas expuestas como la cara y las manos. Utiliza un protector solar con un factor de protección adecuado y aplícalo diariamente, especialmente si vas a pasar tiempo al aire libre.

Hidratación interna: No olvides hidratarte desde adentro también. Beber suficiente agua durante el invierno es fundamental para mantener la piel hidratada. Además, consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-3, como el pescado y las nueces, puede ayudar a mejorar la hidratación y la salud de la piel. Recuerda que cada piel es única, por lo que es importante adaptar estos consejos a tus necesidades individuales. Escucha a tu piel y ajústalos según sea necesario.

¡Protege tu piel en invierno!

Con estos consejos simples y efectivos, podrás adaptar tu rutina de cuidado de la piel para mantenerla radiante, hidratada y protegida incluso en los días más fríos.

Farm. Guillermina Le Moglie MN 16690

Comunicación y formación en dermofarmacia

IG: @guille_lemoglie

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